No, no es un espejismo. Lo que veis en la imagen es nada más y nada menos que un
Pegaso Monotral 6030 N. El autocar que reinó en las carreteras españolas de los años '60 y que creíamos extinguido definitivamente.
Si de algo puede presumir este Blog es de buenos amigos y colaboradores. A Pegaso muchos la llevamos "en vena" y
Pelayo Duarte es otro pegasista que en
Asturias contenta su pasión como la mayoría de nosotros, cámara en mano dejando constancia de la presencia de nuestros caballitos voladores.

El descubrimiento de este Monotral no es poca cosa. Cierto es que no está perfecto, ni conservado en su integridad, pero la sola visión de su silueta aún presente nos pone la piel de gallina. Muy probablemente se trate de uno de los numerosos monotrales que integraron la flota de la también asturiana empresa Alsa.

Motor horizontal central subchasis de 165 CV, cambio Wilson, carrocería autoportante y rueda trasera simple. Fueron las señas de identidad del 6030, un autocar que fue el estandarte tecnológico de Pegaso por una decada, al reunir en él lo más granado de la técnica conocida hasta entonces.
Pelayo nos cuenta que el autocar se sostiene sobre sus propias ruedas y que los organos mecánicos parecen estar todos en su sitio. Naturalmente el interior es de suponer que ha sido "limpiado" para convertirlo en la vivienda que es ahora, pero tampoco ha podido comprobarlo con certeza.

Y si un Monotral es algo extraordinario en los tiempos que corren, no lo es menos un
Pegaso 1121, el pequeñín de la casa, como este del Ayuntamiento de Langreo que todavía está en activo siendo útil y cumpliendo su misión diaria de asear las calles de la ciudad, o el casi impecable
Pegaso 1180 de feriantes con remolque que también nos envía. Un grupo de capturas de excepción.
Gracias Pelayo, primero por ser pegasista, y segundo por visitarnos y colaborar en los avatares de este pequeño Blog.