Los Topos
"Uno se cree que los mató el tiempo y la ausencia, pero su tren vendió boleto de ida y vuelta" decía Serrat en su canción. Los camiones no son pequeñas cosas pero muchos también, como aquellas, nos acechan detras de una puerta, en un garaje o un cobertizo donde, tras decadas de olvido, reposo o indiferencia, esperan como hibernados a que la enfermedad que los llevo a quedar congelados en el tiempo tenga cura.
Y el tiempo es la propia cura. Ese tiempo que corre frenético cambiandolo todo y que cuando nos paramos un momento a recapacitar y mirar a nuestro alrededor vemos que se ha llevado tantas y tantas cosas.
Los echamos en falta, son como de la familia y pertenecen a nuestra identidad colectiva. Los necesitamos. Queremos verlos y verlos bien, como en su mejor momento. La afición por nuestros clásicos pesados suma adeptos y con ellos se suman ojos a la busqueda de lo perdido. Y lo perdido resulta que en gran medida aun sigue ahí y poco a poco va saliendo de su escondite, como este Pegaso Mofletes que ha aparecido en Zaragoza y que busca un dueño que lo mime y ponga en forma.
Mofletes, pero tambien Barajas, Cabezones... Ya existe esa medicina que cura del robín del olvido y que no es más que la puesta en marcha del aprecio por lo nuestro.