11 de mayo de 2007

+ J. Manel Baró

En 2001, un año antes de la aparición de “Pegaso Z-102, los purasangre de Barcelona",ya quedo patente el profundo conocimiento que su autor tenia del tema, en el libro sobre la exposición “Memoria de un espejismo”, del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, el CCCB.
Coautor del libro junto a Francesc Torres, Manuel Lage y Dora Palomero, J. M. Baró en su capítulo titulado “W. P. Ricart, un aprendiz adelantado” abordará la vida y obra del genial ingeniero de una manera casi tan exhaustiva como luego plasmaría en su libro.
En su segundo capitulo titulado “Los Pegaso deportivos y de competición de los años cincuenta”, Baró asume la responsabilidad de hacer la ficha de cada ejemplar presente en la exposición, acompañada de las excepcionales fotografías de Marcelo Isaurralde.


Sin duda este libro es igualmente imprescindible para cualquier pegasista, dicha exposición nos situó al vehículo en el contexto del marco socio-económico y político del momento.


Como sabemos, otra de sus pasiones es la escultura. En este blog ya hemos admirado el Spider Toruring Competición, con la decoración de Le Mans, dorsal 28.
Como gran aficionado a los coches de competición, también ha recreado al Z-102 más especial y de competición, el Bisiluro.

Son modelos donde prima la visión de conjunto o la sensación de movimiento, por encima de los detalles. Con un cierto aire de escultura técnica.
¡Precioso!

1 comentario:

Juanra dijo...

Excelente reseña Cisco, una muestra mas del pegasismo y el Arte de Baró. Espero que con este reconocimiento se anime a abordar nuevas esculturas de inspiracion Pegaso. El Cupula tiene mucha chicha para ello y los carrrozados de Saoutchik van ganando con el tiempo.